lunes, 8 de abril de 2013

10 años sin Couso





Es asombroso como hechos, fechas y personas puede marcar tu vida. La mía quedo por siempre vinculada a un 8 de abril del 2003 y a un José Couso, que por desgracia nunca podré llegar a conocer. Por aquel entonces contaba con no más de 10 años de edad, y pese a que no consigo recordar que ropa llevaba o quien me acompañaba a la mesa cuando la noticia impacto en mi vida si que recuerdo haber sido consciente desde un primer momento que aquello sería algo con lo que cargaría el resto de mi existencia.

Dicen los que me conocen desde antes de lo que yo pueda recordar que desde siempre tuve claro que mi futuro estaría ligado a la comunicación, supongo que deberé hacerles caso ya que los múltiples vídeos caseros en los que salgo cual reportera intrépida en el salón de mi casa así lo verifican. Pero con 10 añitos, creo que el significado de periodista o periodismo uno no llega a abarcarlo, por lo que ver en el telediario a un hombre explicando como posiblemente los estadounidenses habían apuntado al Hotel Palestina, refugio de los periodistas internacionales,  y habían dejado tras de sí a dos muertos, siendo uno de ellos español es algo que me dejo fuera de juego. En mi mundo comandado por la campanilla de Disney, ser periodista era ponerse frente a una cámara y hablar, punto no había más.

Mi madre, muy ágil ella, aprovechó la oportunidad para haber si así de una vez por todas conseguía quitarme esa idea de futuro de la cabeza y poder sustituirla por otra mucho más de su gusto. “Ves, es peligroso”, me dijo señalando las imágenes que la televisión mostraba del bombardeo. Y aquella niña que ni tan siquiera llegaba a conocer cual sería la repercusión de todo aquello acertó a decir “si es algo por lo que te pueden matar, es algo por lo que merece la pena vivir”.  Esa frase quedo grabada a fuego en la mente de mi madre quien todavía 10 años después me lo recuerda. 10 años hace ya de aquel despiadado tiroteo. Terminando mi segundo año de carrera, hoy al entrar en la Facultad de Periodismo no he podido evitar que Couso apareciera en mi cabeza igual que lo recuerda mi madre cada vez que me ve tomando notas sobre cualquier cosa que pueda/vaya o haya conducido a un enfrentamiento. “La inconsciencia terminará contigo”, suele asegurarme. Pero no mamá, José fue consciente en todo momento, fue consciente cuando lo dispararon, fue consciente de quien lo disparaba y era consciente de por qué moría. Él era tan consciente de ello, como lo soy yo. 

E.